martes, 3 de marzo de 2009

De lo que hay junto a la resignación


He sentido el régimen de los peores sentimientos, la mayoría de ellos, tristemente, ligados a mí, sí, así de mal pinta la cosa; orgullo, rabia, ira, locura, tristeza, celos, etc. Todos ellos, y algunos más, son mis compañeros más cercanos, con los que habitualmente trabajo o los que más “clientes” me entregan, sí, como habrán adivinado, de manera muy “astuta” es que Amor, no es uno de ellos, claro, aquel bello y supuestamente omnipotente sentimiento es quizás el único que no se encuentra conmigo, porque en ninguna de sus formas se liga conmigo, ni siquiera en la del “no correspondido”, en esa forma se liga con otros sentimientos, y ahí ,quizás, se acerca a mí, gracias a un compañero de trabajo, uno muy especial, el único enlace que tengo con él, es aquel sentimiento que sigue la estela del amor, el que llega cuando el “omnipotente” decide marcharse, o simplemente complicar las cosas, ¿Quién es?, es lo que de seguro se preguntan, bueno, es mi detestable colega, Decepción.
La decepción es algo compleja, su llegada al corazón humano es devastadora, a veces llega de golpe, como un balazo directo en las sienes, otras veces llega de a poco, lentamente, royendo sanguinariamente los bellos momentos que una persona puede vivir, taladrando los cimientes del amor y cuanto sentimiento de naturaleza bonachona hayan estado antes de él, sí, así es como esta bestia entra en los corazones humanos, a veces llega a tal su fortaleza, es tanto lo que logra devorar, que todo sentimiento anterior a él debe huir de esa persona, ante la posibilidad de morir de hambre, ya que Decepción lo ha consumido todo.
Suena como una verdadera bestia, como un monstruo que deja al corazón vació, tan vació que solo puede albergar a su servidor, Soledad, pero ojo, este monstruo no se alimenta de sentimientos, no, el devora los pilares que los sostienen, sí, pero no devora sentimientos, la bestia, y aquí pongan mucha atención, se alimenta de sus actos, sí, así es, son ustedes los que la alimentan, porque es Decepción, y no desilusión, no es el término de una fantasía prefabricada por la persona, no, tampoco es el porrazo directo hacia la realidad de un soñador, no, es mucho más que eso, es un sentimiento, un descubrimiento hacia aquello que los hace temblar por dentro, algo que remece aquello real y poderoso que tienen dentro, puede incluso expulsar lo que ahí hay, dejando solo espacio para mi, estimados, tengan cuidado con este “colega” es una bestia sí, pero no llega por nada, cuidado con ella.
La bestia, al igual que en los cuentos, tiene a su “bella”, y en este trabajo, la pareja habitual de Decepción, es Resignación; la compañera sumisa de una bestia que no logra saciar nunca su apetito, y al igual que Orgullo y Compasión, una sigue a la otra, sí, una vez instaurada la Decepción, Resignación llega forzada hacia la persona, respondiendo el llamado de los sentimientos que aun no se marchan, Resignación llega para intentar apaciguar a la bestia, intenta alimentarla y saciar su apetito a costa de su propia vida, es un guerrero soberbio debo reconocer, llega a tal su entereza que incluso consigue salvar a ciertas personas, les mantiene con vida aún cuando la decepción ante este mundo haya dejado a un individuo como un envoltorio vació, incapaz de albergar algún sentimiento, si, así es la resignación, un sentimiento que sin gran alboroto va poco a poco recomponiendo lo que la decepción va consumiendo, lo que otros sentimientos de esa índole van destruyendo, ella lo va reciclando, no es que haga el papel de Esperanza, no, Resignación sabe muy bien que ya no hay arreglo, que no hay vuelta atrás, he ahí su grandeza, sabiendo que no puede volver a como era antes de la decepción humana, Resignación solo intenta hacer sobrevivir a quien ha sufrido.
En este punto ya adivinaron, sí, Resignación no acompaña a Amor, ni a Esperanza, no, me acompaña a mí, y debo reconocer, que de todos los sentimientos que más se me acercan, Resignación es el Top One de los que admiro.

1 comentario:

Rorro Blues dijo...

Definitivamente... eres La Soledad.