martes, 7 de agosto de 2007

Orgullo y compasión





Las miradas de todos se posaban sobre mi, una lluvia de flechas caían sobre quienes me rodeaban, pero no lograban tocarme, era el único que no era alcanzado por ellas, Amor se abatía con dolor alcanzado por una de esas flechas y Odio vociferaba mil maldiciones a los atacantes, Ira seguía de pie empujándose a si mismo a seguir combatiendo, aún cundo estaba atravesado por al menos cinco de esas armas. Intenté ver a nuestros atacantes, y ahí sobre la colina, comandando a al tropa de arqueros estaba…YO…
- ¡mierda!- el sueño más extraño que he tenido, sin dudas, me tomo trabajo entender que había sido un sueño, a mis ojos les tomo tiempo acostumbrarse a la penumbra de mi habitación y poder así procesar que estaba en mi casa, ahí para variar un poco, solo.
Me levanté por un poco de agua, tenia la boca seca, salir a beber con Júbilo no es muy recomendable, él es capaz de beberse todo lo del bar sin siquiera llegar a tener temblor de piernas, solo consigue “prenderse” un poco más (como si eso fuese posible). Ahí con mi vaso de agua me voltee a mirar mi habitación, una departamentito pequeño de esos de un ambiente, solo una cama, un pequeño sillón de dos cuerpos y la televisión (el mayor invento de la historia para mis clientes, los solitarios) y a un costado del sillón, la única ventana, con una espectacular e indescriptible vista a otro edificio.
La poca luz de las calles a esas horas de la noche alimentaba a penas mi humilde hogar, permitiéndome refugiarme en el silencio de aquella penumbra que era ahora mi hogar.
Unos golpes en la puerta me sacaron con brusquedad de mis pensamientos.
- ¿Quién es?
- Soy yo viejo amigo, soy yo, Compasión

¿Compasión?, maldita sea, de todos los sentimientos, el que me molesta pasadas las dos de la mañana tenía que ser compasión, no podía ser Lujuria, no, tenía que ser el compañero de la madre Teresa.
De mala gana abrí la puerta, y si, pensé en dejarlo fuera, pero este tipo es tan desagradable que basta con oírlo hablar para que su “encanto” te llegue y ya no puedes negarle nada, o casi nada a decir verdad.

- Hola Sol, disculpa la hora, pero necesito pedir tu ayuda- “Sol” si, suponen bien, “Sol” no es precisamente mi diminutivo favorito.
- ¿Mi ayuda?- no es que me extrañase, Compasión es de esos sentimientos que necesitan ayuda para muchas cosas, solo no es muy útil la verdad, pero pedirme ayuda a mi, y a esas horas de la noche, eso si que me extrañaba.
- Si, tú ayuda, es sobre Orgullo…
- Ahh- El meollo del asunto, verán Compasión y Orgullo son pareja, si, una pareja muy inusual la verdad, una relación autodestructiva que se sustenta en la compasión y aguante de uno, y en la obsesión y orgullo del otro.
- Si, hace un tiempo que no nos hablamos…necesito que me ayudes a llegar a él, de seguro tú puedes encontrarlo….después de todo, él y tú siempre están conectados

Si, es cierto, hay cierto lazo entre los sentimientos más relacionados, y Orgullo es uno de los que está ligado a mi, de hecho es uno de los lazos más fuertes que poseo (supondrán que con Amor no tengo ningún lazo)

-Bueno, intentaré buscarlo…pero deja de mirarme así, ¿Vale?- esa mirada de Compasión es de las más insoportables, aún siendo él quien ha venido a pedir mi ayuda, al ver sus ojos pareciera que el necesitado de salvación soy yo.
-Muchas gracias Sol- Y ahí estaba de nuevo, no solo la mirada sino que también esa sonrisa.
La verdad es que Compasión es una patada en la entrepierna, pero además de eso tiene un carácter y determinación impresionantes, no teme estar presente en las ejecuciones, para posarse en la mirada de la ultima persona que ve el condenado a muerte, ni tampoco estar en hospitales, salas de tortura, guerras y otras situaciones, en las cuales la mayoría no desearía estar, si, por que una cosa es estar presente con el torturado por que el te llama, y la otra muy diferente es estar ahí por voluntad propia, y ese es el caso de Compasión. Aún ahora cuando intento localizar a Orgullo, el ser a quien busca con desesperación, él posa su vista hacia la ciudad y da lo mejor de si para todos aquellos que le habitan.

-Le he encontrado….no ha sido fácil- y en verdad no lo había sido, Orgullo sabía esconderse muy bien, ahí en una coraza inexpugnable, que ni siquiera Amor puede romper.
-Bien, dime donde está. Iré a verle, ¡Debo hablarle!

Le di la información a Compasión, quien con su mejor mirada no compasiva me dio las gracias. Al verle partir hacia Orgullo, no pude evitar recordar una conversación que tuve con mi hermano de “trabajo”
“-No, no, tú no entiendes, eres demasiado débil para entender- Me replicaba Orgullo mientras miraba con ira a las estrellas. Nos encontrábamos en una pradera, observando el firmamento, y debatíamos sobre las muertes que había provocado el orgullo y cuantas más había provocado la soledad y el sentido de las mismas.
-Ah claro, yo no entiendo, entonces busquemos a tu novio, quizás él si te entienda…
-que no es mi novio- y aquella mirada mortal se poso rápidamente sobre mi, para luego continuar azotando a las estrellas.
-Ya tranquilo, se que no necesitas a nadie, era solo una broma- Dije de manera claramente burlesca.
-Al final te llevas bien conmigo por lo mismo, por que nadie te soporta, al igual que a mi, somos lo que somos – Dije con sonrisa socarrona.
-No te confundas- me interrumpió, y pude ver esa sonrisa orgullosa y despectiva, con aires de dignidad que ven los hombres en su adolescencia y desean que sea eterna.
-A mí si hay alguien que puede amarme, estoy solo porque quiero, pero no porque sea la única opción que tenga.”
Por la ventana observaba caminar a Compasión y él desde la calle volteó a mirarme, a darme una mirada con sus dones como regalo, como diciendo “a ti si hay alguien que te ama” y entonces comprendí, pobre orgullo, no es amor lo que obtiene al final, no es amor lo que le persigue para darle compañía, esta tan ciego que no puede ver que quien le busca, quien le acompaña, es Compasión.

1 comentario:

leoluzalillo dijo...

me encanto, lei todo de una
especialmente este ultimo post
[ si, lei todos, seguidos ]

orgullo y compasion
que pena, solo el lo sigue